JESUS QUE TE MIRE MUCHAS VECES PARA DARME CUENTA DE LO QUE ME AMAS

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PULSAR Y RECITAR LAS ORACIONES Y LAS PROMESAS DE JESÚS

sábado, 14 de marzo de 2015

EL SACRIFICIO DE LA SANTA MISA JUNTO CON LAS ESCENAS DE LA PELICULA DE LA PASIÓN DEL SEÑOR

Gracias Obtenidas Por Asistir A La Santa Misa







La Misa es la continuación del Calvario.
Cada Misa vale tanto como la vida, sufrimientos y muerte de Nuestro Señor Jesucristo, ofrecidos en sacrificio.
La Santa Misa es el acto de desagravio más poderoso para expiar los pecados.
A la hora de la muerte, el consuelo más grande del alma consistirá de las Misas oídas en vida.
Cada Misa bien oída nos acompañará hasta el Tribunal Divino, suplicando perdón.
En la Santa Misa, según el fervor con que se asiste, se puede disminuir en grado mayor o menor, la pena temporal debida por los pecados.
Al asistir devotamente a la Santa Misa, se rinde el más grande homenaje a la Sagrada Humanidad de Nuestro Señor.
En la Santa Misa, Nuestro Señor Jesucristo ofrece expiación y desagravio por muchas omisiones y negligencias nuestras.
En la Santa Misa, Jesucristo perdona los pecados veniales que todavía no se han confesado. Además se disminuye el poder de Satanás sobre el alma.
Al asistir a la Santa Misa se proporciona a las ánimas del Purgatorio, el alivio más grande que sea posible.
Una Misa bien oída durante la vida, será de más provecho al alma, que muchas que se ofrecieran para su reposo después de la muerte.
Por asistir a Misa, el alma se preserva de peligros, desgracias y de calamidades, que de otro modo hubieran sucedido. Además, se abrevia o reduce la duración de su Purgatorio.
Cada Misa bien oída obtiene para el alma un grado más elevado de gloria en el Cielo.
En la Misa se recibe la bendición del sacerdote que Nuestro Señor ratifica en el Cielo.
En la Misa se arrodilla entre una multitud de los santos ángeles, que están presentes en actitud de profunda reverencia, durante el sacrificio adorable de la Santa Eucaristía.
E
n la Santa Misa se reciben bendiciones para todos los bienes y empresas temporales.
En la Eternidad, realizaremos plenamente el gran valor de haber asistido a la Santa Misa diariamente.

miércoles, 11 de marzo de 2015

EL SANTO VIACRUCIS


ESTACIÓN DEL VÍA CRUCIS


Oraciones iniciales
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Acto de contrición
Jesucristo, mi Dios y mi Salvador: yo me arrepiento de corazón de todos los pecados que he cometido, porque con ellos ofendí a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver a pecar. Confió en que me perdonarás mis culpas y me llevarás a la vida eterna, porque eres bueno. Amén.
Ofrecimiento
Señor mío Jesucristo que nos invitas a tomar la Cruz y seguirte, caminando tú delante para darnos ejemplo: danos tu luz y tu gracia al meditar en este Vía Crucis tus pasos para saber y querer seguirte. Madre Dolorosa: inspíranos los sentimientos de amor con que acompañaste en este camino de amargura a tu Divino Hijo. Amén.


Al principio de cada estación se dice:
Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Después de cada estación se dice:


Señor, pequé, ten misericordia de mí, y de todos los pecadores...

Se añade a cada estación:
Un Padre nuestro, un Dios te salve María y un Gloria al Padre.


Primera Estación
Jesús es condenado a muerte.

Pilato mandó sacar a Jesús y dijo a los judíos: “Aquí tenéis a vuestro rey”. Pero ellos le gritaban: “¡Fuera, fuera, crucifícalo!” Pilato les dice: Pero ¿cómo he de crucificar a vuestro rey?” Respondieron los príncipes de los sacerdotes: “Nosotros no tenemos más rey que al César”. Entonces se los entregó para que fuera crucificado (Juan 19, 13-16).


Segunda Estación
Jesús con la cruz a cuestas.

Los judíos tomaron a Jesús y cargándole la cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario (Juan 19,17).





Tercera Estación

Jesús cae por primera vez

He ofrecido mi espalda a los que me golpeaban, y mis mejillas a los que me arrancaban la barba; no aparté la cara ni los ultrajes ni de las salivas que me echaban (Isaías 50,6).



Cuarta Estación
Jesús encuentra a su Santísima Madre.


Una espada atravesará tu corazón (Lucas 2,35).



Quinta Estación
El Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz.

Cuando llevaban a Jesús al calvario, detuvieron a un cierto Simón el Cirene, que volvía del campo, y lo cargaron con la cruz, para llevarla, detrás de Jesús (Lucas 23,26).



Sexta Estación
La Verónica limpia el rostro de Jesús.

Muchos se horrorizaban al verlo, tan desfigurado estaba su semblante que no tenía ya aspecto de hombre (Isaías 52,14).



Séptima Estación
Jesús cae por segunda vez.

Eran nuestros sufrimientos los que llevaba, nuestros dolores los que le pesaban… Ha sido traspasado por nuestros pecados, deshecho por nuestras iniquidades… (Isaías 53,4).



Octava Estación
Jesús consuela a las piadosas mujeres.


Seguían a Jesús una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se golpeaban el pecho y lloraba por él. Pero Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: “¡Hijas de Jerusalén!, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos” (Lucas 23,27-28).



Novena Estación
Jesús cae por tercera vez.

Venid a mí todos los que estáis cansados y oprimidos y os aliviaré. Cargad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas (Mateo 11, 28-29).



Décima Estación
Jesús es despojado de sus vestiduras.

Llegados al lugar llamado Gólgota le dieron a beber a Jesús vino mezclado con hiel, pero él, habiéndolo probado, no quiso beber. Los que lo crucificaron se repartieron sus vestidos a suertes (Mateo 27,33).



Undécima Estación
Jesús es clavado en la cruz.

Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, crucificaron allí a Jesús y a dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda (Lucas 23, 34).



Duodécima Estación
Jesús muere en la cruz.

Hacía la sexta hora, las tinieblas cubrieron la tierra hasta la hora nona. El sol se eclipsó y el velo del templo se rasgó por medio. Y Jesús, con fuerte voz dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Y al decir esto, expiró (Lucas 23, 44-46).



Decimotercera Estación
Jesús en los brazos de María Santísima.

Un hombre llamado José, el cual era del Consejo, hombre bueno y justo, quien esperaba también el reino de Dios, que no había estado de acuerdo con la resolución de ellos, en sus actos, fue a ver a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Después lo bajó, y lo amortajó en una sabana (Lucas 23, 50-53).



Decimocuarta Estación
Jesús es puesto en el sepulcro.

José tomó el cuerpo de Jesús, lo envolvió en una sábana limpia, y lo depositó en su propio sepulcro nuevo, que había hecho cavar en la roca. Hizo rodar una piedra grande a la puerta del sepulcro y se retiró (Mateo 27, 59-60).



Última Estación
La resurrección de Jesús.

¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado (Lucas 24,5).

domingo, 8 de marzo de 2015

Mensajes De Dios Al Mundo: * FIESTA EN HONOR DE DIOS PADRE DE TODA LA HUMANID...

Mensajes De Dios Al Mundo: * FIESTA EN HONOR DE DIOS PADRE DE TODA LA HUMANID...: *El Rosario De Oro Al Padre, La Novena y demás oraciones pueden ser hechas  también  en cualquier  época  del año. Novena Prep...

DEVOCIÓN A LAS GOTAS DE SANGRE QUE CRISTO PERDIÓ EN SU CAMINO AL CALVARIO



























Padre Eterno 
Te Ofrezco la Preciosísima Sangre que tu Hijo Jesucristo perdió con la Cruz acuestas camino del Calvario. 
Y las lagrimas que derramo su Santísima Madre al pie de la Cruz.
(2, Padrenuestros)


“Padre Eterno, te ofrezco la adorable Faz de tu amado Hijo por el honor y la gloria de tu Nombre, para la conversión de los pecadores, para la salvación de los moribundos”.


Bendecida por su Santidad el Papa León XIII, en Roma, 5 Abril, 1890.
Las Santas Elizabeth (Reina de Hungría), Matilda y Bridget, deseando saber algo de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, ofrecieron fervientes y especiales oraciones, después de que Nuestro Señor les reveló lo siguiente:
A todo creyente que recite durante 3 años, cada día, dos Padrenuestros, dos Avemarías y dos Glorias, en honor de las gotas de sangre que perdí, le concederé las cinco gracias siguientes:
1 La indulgencia plenaria y remisión de sus pecados.
2 Estará libre de las penas del Purgatorio.
3 Si debiera morir antes de completar los 3 años señalados, para él será igual que si los hubiera completado.
4 A la hora de su muerte, será como si hubiese derramado toda su sangre por la Santa Fé.
5 Yo mismo, descenderé del cielo a llevar su alma y la de sus familiares, hasta la cuarta generación
3-4-2015 He empezado
Devoción a las gotas de Sangre que Cristo perdió en su camino al Calvario

viernes, 20 de febrero de 2015

ORACIONES DE AMOR Y GRACIAS

5 ORACIONES PARA DESPUÉS DE COMULGAR


Extraído de las revelaciones dadas a 
Agustín del Divino Corazón en Colombia
Libro: María, Madre del Buen Consejo

La Santísima Virgen María dice:
Me quedaba en oración, en silencio y en contemplación tres horas después de recibir el Cuerpo de mi Hijo Jesús, de mi Señor, de mi Dios y de mi Todo; y hoy día, las almas no se soportan ni un minuto más después de la Eucaristía. Salen corriendo hablantinosos y no siguen en actitud de recogimiento.

Un alma de su árbol genealógico saldrá del purgatorio por cada oración o por cada vez que las promulgue y las dé a conocer.


NOTA: 
Ya se puede descargar en un tríptico las 5 oraciones para después de comulgar
Acceder pinchando aquí

I Oración:
Amado Jesús mío, habéis descendido a mi corazón para purificarlo. Habéis descendido a mi corazón para liberarlo de toda atadura. Habéis descendido a mi corazón para hacer de él un copón de oro, copón de oro que os contiene. Habéis descendido a mi corazón para inundarlo de vuestra Paz, para adornarlo con vuestra presencia. Habéis descendido a mi corazón para hacer de él vuestra humilde morada, morada siempre abierta, predispuesta y deseosa en recibiros.

Amado Jesús mío, sé que descendiendo a mi corazón bajo las especies del Pan y del Vino vuestro Sacratísimo Corazón se une al mío, vuestros latidos se confundirán sin cesar con los míos. Os amo con infinito amor y con esmerada ternura. Os glorifico y os doy todo el respeto, la adoración que como Dios os merecéis.
Amén.

II Oración:
Jesús amado, haced de mi corazón vuestra humilde cuna de paja, cuna en la que halléis descanso, cuna en la que os caliente con mis humildes pajas de mi pureza, con mis humildes pajas de mi conversión.
Jesús amado descansad en mí. Sentíos bien amado y bienvenido. Añoraba este precioso momento de recibiros; recibiros porque sois mi Amo, mi Señor y mi Rey. Haced de mi corazón vuestro trono; trono en el que reinéis en mi vida; vida que con vuestra presencia es transformada, moldeada.

Jesús amado, mi corazón es embellecido porque habéis descendido y lo habéis adornado con vuestra presencia; presencia que aquieta mi espíritu. Presencia que doma mis ímpetus, domina mis sentidos. Sentidos abiertos para amaros, para adoraros y para recrearme con Vos.

Jesús amado escuchad mis susurros de amor. Escuchad mis te amo. Sentid el palpitar de mi corazón como himnos de adoración, de alabanza y de gloria porque sois mi Señor. Sois el Dios vivo que habéis llegado a mi pobre corazón para habitarlo. Os amo, os adoro, os glorifico y me enternezco ante la calidez de vuestra sutil presencia.
Amén.


III Oración:
Jesús: Cómo no deciros que os amo si habéis llegado a mi corazón a purificarlo. Cómo no deciros que os amo si hacéis de mi corazón un tabernáculo vivo para vuestro Amor. Gracias os doy porque rebosáis mi corazón con vuestro Amor Divino. Amor que me impulsa a adoraros con gran reverencia y respeto porque lo merecéis todo. Cómo no deciros que os amo si me alimentáis con vuestro Cuerpo y vuestra Sangre  calando en la profundidad de mi ser; ser que es transverberado por vuestros rayos de luz. Luz que hace que ilumine la profundidad de mi corazón y os descubra, os sienta. Gracias infinitas os doy porque mi corazón en estos momentos en que habéis descendido a él en el Pan consagrado es transformado en un Sagrario;  Concededme el don de amaros, aún, más; de adoraros como os adoran los Santos Ángeles en el Cielo, de rendiros la misma gloria como cuando María os glorificaba y os adoraba cuando os llevaba en su vientre virginal.

Sé, mi tierno Jesús, que estáis dentro de mí. Sé, que por misericordia vuestra, me alimentasteis hoy del Majar del Cielo. Manjar que me une más a Vos para sentiros. Manjar que me conlleva a permanecer en Vos y Vos en mí.
Amén.


IV Oración:
Amantísimo Jesús mío: privilegiado soy por el concederme la gracia de unir mi corazón con el Vuestro, bajo las especies Sagradas del Pan y del Vino.

Amantísimo Jesús mío: deseaba unir mi corazón al Vuestro, corazón que palpita de amor cada vez que llegáis a él para embellecerlo; corazón que palpita de amor cada vez que llegáis a él para invadirlo de vuestro celestial perfume, nardo purísimo que hace que suspire de amor por Vos; corazón que es embellecido  porque es vuestra Divinidad que se funde con lo humano.

Amantísimo Jesús mío: os adoro a imitación de María. Beso vuestras Santas Llagas, me sumerjo en vuestro Sacratísimo Costado para descansar en Vos.

Amantísimo Jesús mío: tomad mis palabras como bellos himnos; himnos tocados con maestría, himnos cantados melodiosamente porque sois el ruiseñor del Cielo que habéis llegado a mi corazón para alegrarlo con vuestra presencia. Si en mi pobre corazón hay algo que no os agrade purificadlo con una gota de  vuestra Preciosísima Sangre. No soy digno en recibiros, pero hacedme digno amantísimo Jesús mío.
Amén.


V Oración:
Jesús mío, mi delirio de amor, gracias os doy por haber llegado a mi corazón a tomar posesión de él como vuestra morada. Necesitaba sentiros en la profundidad de mi corazón; corazón que deseaba ardientemente dejarme poseer; corazón que anhelaba ser abrasado por la llama de vuestro Amor Divino.
Encended en mí deseos de adoraros con la misma reverencia con que os adoraban las almas que ya se encuentran y gozan de vuestra presencia en el Cielo, con el mismo ímpetu, con la misma fuerza y con el mismo amor como os adoraba María, Madre de la adoración y de la reparación. Consumidme, amante mío, en un éxtasis de amor.

Os entrego mis tres potencias: cuerpo, alma y espíritu para que las unáis a vuestra soberana presencia y hagáis de mí un reflejo de vuestra luz aqui en la tierra. Sois la razón por la cual vivo. Sois el desvelo de mis ojos y la fijación de mis pensamientos. Habéis llegado a mi corazón bajo la humilde apariencia de la Hostia Consagrada. Hostia Consagrada que da pureza a mi corazón, brillo a mi alma y agilidad a mi espíritu; espíritu que ha de volar hacia el Cielo para unirse por eternidad de eternidades con todos los demás seres angelicales que desde allá os alaban, os adoran, os glorifican porque sois el Dueño y Señor del Cielo y de la tierra.

Mi corazón os pertenece, mi Jesús amado. Os arropo con mi mirada, os arrullo con mis latidos y os balbuceo con infinidad de te amo, porque sois mi deleite, sois mi Creador, sois el amor por el cual vivo. Amén.


Promesas a las Oraciones para después de la Comunión:
Jesús dice:
Julio 6/2009

1. A toda alma que se proponga orar diariamente estas oraciones, después de comulgar: despertaré en ella hambre y sed de mi Cuerpo y de mi Sangre, Pan del Cielo que os dará vida eterna.

2. La sumergiré en uno de los Aposentos de mi Sagrado Corazón y le haré sentir cada latido como una pulsación de amor que la impulse a amarme, a adorarme y a glorificarme, llevando una vida de santidad.

3. No morirá sin la recepción de los Sacramentos de la curación del alma.

4. El alma que, después de haber recibido el Pan del Cielo, medite en estas oraciones: crecerá en alto grado de virtud de tal modo que hará de su corazón una morada digna para albergar mi pureza infinita.

5. Le concederé la gracia de sentir horror y repugnancia por el pecado.

6. Exaltaré al alma a imitar las virtudes de María Santísima.

7. Todo aquel que acoja estas oraciones y las propague, será abrasado por la llama de mi Amor Divino, será sustraído de las cosas del mundo y añorará ardientemente una de las moradas del Cielo. Morada que le será concedida, si en vida imitó mis Santas Virtudes.


Promesas para los que oren y divulguen las cinco oraciones después de comulgar
María Santísima dice:
Junio 20/2009

Un alma que medite después de la comunión y haga suyas estas oraciones, después de recibir el Cuerpo de mi Hijo Jesús y de mi Dios: recibirá perfección, santidad y se ganará un puesto destacado en el Cielo. Recibirá un matiz de Dios en vida que la haga distinta, que la haga diferente. Son oraciones que debéis darlas a conocer. Los tibios se enfervorizarán, los fervorosos querrán orar y vivir en mayor santidad, los fríos se zambullirán en el fuego de la llama de mi Amor Santo y empezarán a crecer en gracia y en virtud.


Las almas que propaguen las cinco oraciones después de comulgar:


1. Serán asistidas, protegidas, amparadas bajo los pliegues de mi Sagrado Manto. Les resguardaré en uno de los Aposentos de mi Inmaculado Corazón.

2. Crecerá en virtud, en santidad; embelleceré su corazón con las mismas virtudes que me adornaron como cuando estuve acá en la tierra.

3. Jesús le hará sentir toques de Amor Divino en su corazón cuando Él descienda bajo las especies del Pan y del Vino.

4. No morirá jamás sin los Sacramentos, especialmente el de la Eucaristía, la confesión y la unción de los enfermos.

5. Un alma de su árbol genealógico saldrá del purgatorio por cada oración o por cada vez que las promulgue y las dé a conocer.

Es un gran tesoro que he puesto en vuestras manos. Oradlas, hijos míos, después de comulgar. Me quedaba en oración, en silencio y en contemplación tres horas después de recibir el Cuerpo de mi Hijo Jesús, de mi  Señor, de mi Dios y de mi Todo; y hoy día, las almas no se soportan ni un minuto más después de la  Eucaristía. Salen corriendo hablantinosos y no siguen en actitud de recogimiento.

Hijos amados: la Sagrada Comunión es un gran regalo caído del Cielo que debéis de recibir con vuestro corazón puro, es decir, en estado de gracia porque son dos Ángeles a vuestro lado: uno al lado izquierdo, otro en el lado derecho con antorchas de luz encendidas porque vuestro corazón se ha convertido en un Sagrario del Amor Divino.

Aprovechad estas gracias.

Hijos míos: el alma víctima que ore estas oraciones después de comulgar recibirá gracias especiales, dones sobrenaturales. Será avisada, días antes, de su muerte; se le concederá la fuerza para esperar ese gran momento en paz. A muchas almas víctimas que oren diariamente estas oraciones, se les revelará la fecha de su muerte. Vosotros no desperdiciéis estas gracias. Aprovechadlas. A tiempos difíciles, gracias extraordinarias.

domingo, 8 de febrero de 2015

ORACIÓN MARAVILLOSA QUE LIBERA A 15 ALMAS DEL PURGATORIO


ORACIÓN MARAVILLOSA QUE LIBERA A 15 ALMAS DEL PURGATORIO

Oración para la liberación de las
Almas del Purgatorio, penetrándose
en los sentimientos de Nuestra Señora
de los Dolores, cuando Ella recibió en
sus brazos a su Divino Hijo.




¡Oh Fuente inagotable de verdad, cómo estás
tan agotada!

¡Oh Sabio Doctor de los hombres, cómo te has
vuelto mudo!

¡Oh Esplendor de la Luz Eterna, cómo estás
tan apagada!

¡Oh Amor verdadero, cómo tu hermosa figura
se ha deformado!

¡Oh Altísima Divinidad, cómo me haces ver a
mí en una tan grande pobreza!

¡Oh Amor de mi corazón, cuán grande es tu
bondad!

¡Oh Delicia de mi corazón, cuán excesivos y
múltiples han sido tus dolores!

Señor mío Jesucristo, Tú que tienes en común
con el Padre y el Espíritu Santo una sola y misma
naturaleza, ten piedad de toda criatura y principalmente 
de las almas del Purgatorio.
 Amén.



NOTA EXPLICATIVA:

Esta devoción, que se encuentra en un cuadro de una iglesia de
Polonia, fue aprobada por el Papa Inocencio XI, que concedió la
liberación de QUINCE ALMAS del Purgatorio cuantas veces se rece
dicha oración. Esta devoción fue aprobada por los Papas Clemente III 
 y Benedicto XIV 
con Indulgencia Plenaria.

S.S. Pio IX confirmó estas disposiciones y agregó 100 días de
indulgencia.

Se recomienda vivamente, REZARLA TODOS LOS DÍAS.

(con licencia eclesiástica)